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Armenia, el genocidio olvidado

Diario Vasco, San Sebastián
Martes, 26 de abril de 2005

90 años de ‘la matanza de los genes’

Armenia, el genocidio olvidado

La posible apertura de una comisión de investigación entre
historiadores turcos y armenios abre una puerta al reconocimiento de
una masacre que cumple noventa años
MIKEL AYESTARAN

El conjunto monumental de Tsitsernakaberd recibió a cientos de miles
de armenios durante el acto de homenaje del domingo . [KHACHATRIAN /
AP]

«Los armenios no sienten odio hacia Turquía»
El pasado domingo se cumplió el noventa aniversario de lo que los
armenios conocen como ‘tzeraspanutyum’ (la matanza de los genes), el
genocidio de sus antepasados a manos del imperio otomano. Es el
genocidio olvidado de un país que fue un imperio y en la actualidad
apenas ocupa una superficie superior a la de Bélgica. Olvidada en
mitad del Cáucaso y tras setenta años bajo el telón de acero, Armenia
recordó al millón y medio de personas que fallecieron entre los años
1915 y 1917 con una celebración que pasó casi desapercibida en la
agenda internacional.

En la actualidad se calcula que hay diez millones de armenios y de
ellos apenas tres millones viven en su país, el resto forma parte de
una diáspora que se esfuerza en mantener los lazos con su tierra. La
ayuda económica que envía esta diáspora es imprescindible para
resistir el ahogo al que está sometida la república por parte de
Turquía y Azerbayán. Sólo Irán y Georgia mantienen abiertas sus
fronteras aunque los accesos desde ambos países son muy complicados.
La situación del país es prácticamente de aislamiento total.

Justo un día después de la conmemoración del nonagésimo aniversario
el diario turco Hurriyet publicó nueva documentación sobre el
genocidio en la que se señala que 924.158 armenios fueron obligados,
en 1915, a dejar sus casas en las provincias de Anatolia para ser
«temporalmente colocados» en Siria, entonces provincia otomana. Estos
son datos del ‘cuaderno secreto’ de Talat Pasha, el ministro de
Interior en 1915 y el encargado de planear y aplicar la «emigración
forzosa» de los armenios.

Los datos que aparecen en el documento revelan el número detallado de
armenios que abandonaron cada una de las provincias, y que en total
suman casi 925.000 personas.

Las cifras que aparecen en el documento pueden parecer altas para los
turcos, que según aclara Hurriyet no han hecho «un estudio realista
hasta hoy» y refutaría las tesis que aseguran que la población
armenia sufrió un genocidio entre 1915 y 1916.

Estas son algunas claves para acercarse al caso Armenio.

¿QUÉ ES UN GENOCIDIO?
El derecho internacional lo define como el crimen de destruir o
cometer conspiración para aniquilar y exterminar de forma premeditada
y sistemática un grupo nacional, étnico, racial o religioso. El
holocausto judío es el ejemplo más conocido, aunque la ONU también ha
denunciado prácticas genocidas en Camboya, Nigeria, Biafra, Uganda,
Irak, Yugoslavia o Ruanda.

¿QUÉ OCURRIÓ?
Al comienzo de la I Guerra Mundial los armenios eran la población no
musulmana más numerosa dentro de un ya decadente imperio otomano. El
gobierno cayó entonces en manos de un partido político nacionalista y
anticristiano, el Comité de Unión y Progreso. Esta formación puso a
los armenios en el punto de mira y dictó las medidas para terminar
con los ‘infieles’ como una de las prioridades para seguir
manteniendo la unidad del imperio. La masacre comenzó de forma
oficial el 24 de abril de 1915 con el asesinato de 600 varones de la
élite armenia de Estambul. Tras esta primera masacre se dictó la
orden de deportación de las poblaciones armenias del este del país
hacia Siria y comenzó la limpieza étnica.

LAS CIFRAS
No es fácil cuantificar el número total de fallecidos ya que además
de los asesinatos, Turquía puso en marcha una política de
deportaciones masivas que también acabó con la vida de mucha gente.
Los datos oficiales que manejan los expertos armenios alcanzan el
millón y medio de fallecimientos.

POSTURA TURCA
La diáspora armenia es importante y presiona mucho desde el
extranjero. Esto daña la imagen de una Turquía que en ningún momento
ha reconocido la masacre. Ante la conmemoración del nonagésimo
aniversario ha vuelto a producirse una presión tal sobre Turquía que
el Ministro de Asuntos Exteriores, Abdulah Gul, se ha mostrado
dispuesto a «lanzar una campaña para refutar la infundada acusación
de que Turquía perpetró el genocidio».

Turquía reconoció en 1991 la independencia de Armenia, pero hasta el
día de hoy entre los dos países vecinos no existen relaciones
diplomáticas.

POSTURA ARMENIA
El estado Armenio pide hoy lo mismo que lleva pidiendo desde hace 90
años, que Turquía reconozca la masacre. Esta reparación moral es la
única aspiración de un país que sabe que cualquier tipo de pretensión
sobre sus antiguas posesiones en la Turquía oriental no es más que un
sueño. Armenia no se plantea ni quiera una posible soberanía sobre el
monte Ararat, su símbolo más sagrado, que se encuentra a apenas
cuarenta kilómetros en línea recta desde Yereván, pero al que es
imposible acceder porque la frontera está cerrada..

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
«He dado orden a mis Unidades de la Muerte de exterminar a todas las
mujeres, hombres y niños de raza polaca. Sólo de esta manera podremos
conseguir el territorio vital que necesitamos. Después de todo,
¿quién recuerda el exterminio de los armenios?» La frase, pronunciada
por Hitler en agosto del 39, es quizás el primer y más claro
reconocimiento del genocidio. Aunque Alemania siga hoy sin hacer una
condena oficial de la masacre.

La lista de las naciones que apoyan la causa armenia no es larga y se
reduce, sobre todo, a los lugares en los que la diáspora forma un
grupo de presión importante: Francia, Argentina, Uruguay, Chipre,
Rusia, Bulgaria, Canadá, Grecia, Líbano, Italia, Bélgica y Suecia. En
USA, el estado de California también reconoce los hechos y en
Australia, el parlamento de Nueva Gales del Sur. El parlamento
europeo condenó el genocidio en 1987. El último país que ha
reconocido los hechos ha sido Eslovenia.

DOCUMENTACIÓN
La memoria armenia ha tenido grandes valedores en su diáspora
internacional. El realizador Elia Kazan retrató magistralmente la
opresión turca en América, América. Charles Aznavour es casi
«embajador» armenio en Francia y es este el país más sensible a la
causa. Estos días se publican al otro lado de la muga dos importantes
documentos: Deis-es-Zor, de Bardig Kouyoumdjian, relato in situ sobre
la masacre en esa actual zona de Siria, y Le Tigre en flammnes, de
Peter Balakian, minucioso relato histórico sobre el genocidio, con
denuncia expresa al papel de Alemania y USA.

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